A pesar de la facilidad de limpieza de nuestros productos, siempre es recomendable seguir las instrucciones generales de limpieza de los muebles fenólicos para evitar deteriorar el producto, especialmente cuando se tengan dudas sobre los resultados de un producto de limpieza en concreto.
El compacto fenólico es un material con mucha resistencia al desgaste y, precisamente por esto, es perfecto para su aplicación en superficies que van a estar sometidas a constante uso y limpieza.
Al no tener porosidad, el compacto fenólico es un material repelente a la suciedad. Cualquier superficie con este acabado, puede limpiarse de manera sencilla con detergentes químicos habituales o también con productos desinfectantes.
Si la superficie lo necesitara, se podría utilizar un disolvente orgánico, como la acetona, sin tener que preocuparse por cambios en las propiedades, apariencia o alteraciones en el color.
El acero inoxidable es un material muy resistente y con alta durabilidad que resulta bastante sencillo de mantener. Siempre que se utilicen los productos y procedimientos adecuados, el acero inoxidable se mantendrá como el primer día, conservando todas sus cualidades. Para ello hay que tener en cuenta una serie de normas básicas:
Por regla general, para mantener el acero inoxidable es recomendable utilizar jabones suaves, detergentes neutros (tensioactivos no iónicos y ácido cítrico) o alguna solución de amoniaco diluida en agua tibia. Con cualquiera de estos productos, aplicados con un paño suave o algún tipo de esponja o paño no abrasivo obtendrá un buen resultado; es preferible repetir el procedimiento varias veces a utilizar productos agresivos, ya que podría rayar la superficie.
Recuerde que los productos de baño (geles, champús...) también pueden provocar deterioros en la superficie. No olvide aclarar el producto con agua hasta eliminar por completo el detergente o jabón utilizado y secar delicadamente la superficie con un paño. De esta forma también evitará que le aparezcan manchas de cal.
Para no oxidar, o dañar la superficie, no debe en ningún caso utilizar detergentes con productos abrasivos o que contengan: ácido clorhídrico (salfumán), hipoclorito sódico (lejía), ácido fórmico, limpiadores de plata o antical.
Nunca utilice estropajos ni utensilios abrasivos o metálicos.
Para el mantenimiento del PVC, se debe utilizar únicamente un paño con agua y una vez finalizada la limpieza, secar la superficie. Con un mantenimiento habitual, no le será necesario más que esto pero, en caso de necesitarlo, puede utilizar un paño empapado en detergente antigrasa diluido en agua tibia.
En cualquier caso, si va a utilizar algún producto sería conveniente realizar primero una pequeña prueba.
Utilice siempre un paño suave para no rayar el PVC.
No debe utilizar productos agresivos (amoniaco, acetona...), ya que podría deteriorar la superficie.